Meet Your Maker: Germán R. Blanco

Con Pilar, su hija, en vendimia en el Bierzo.

Germán R. Blanco es un gran trabajador a toda locomotora. Va a un ritmo tan veloz que es difícil seguirle los pasos. Con mucha precisión y amor por lo que hace, elabora vinos en Ribera del Duero, Bierzo y Rioja. Todos sus vinos se encuentran bajo el paraguas Lively Wines

Sus proyectos se basan en el concepto de la viticultura orgánica y de mínima intervención en bodega, buscando embotellar paisajes desde una perspectiva respetuosa con el entorno.

Germán es un amigo que transmite el vino con alegría y mucha emoción. 

¿Dónde estudiaste y dónde has trabajado antes de crear tu propio proyecto?

En lo que se refiere al vino estudié en la antigua Escuela de la Vid y el Vino de Madrid.Hice el Máster en Viticultura, Enología y Legislación Vitivinícola de la Escuela Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid y tengo otro Máster en Viticultura, Enología y Legislación Vitivinícola. 

Trabajé en modo prácticas en Bodegas Fontana (La Mancha) y en Bodegas Felix Callejo (Ribera del Duero). Pertenezco a una familia humilde por lo que no pude hacer muchas prácticas ya que necesitaba cobrar por mi trabajo para poder vivir. Después ya monté mi empresa, empece asesorando bodegas en la Ribera del Duero y el Bierzo hasta que lo dejé poco a poco para poder centrarme en mis propios proyectos.

¿Contanos donde se ubica tu bodega y las características de esta zona? 

Desde el año 2006 estamos con Quinta Milú en La Aguilera, Ribera del Duero, junto a mi amigo Jose Luis Herrero y su familia. En el año 2010 arranqué mi proyecto más personal recuperando viñedos de montaña en mi pueblo, en el Bierzo Alto y con una pequeña bodega que homenajea a mi bisabuela: Casa Aurora. En el año 2014 arrancamos proyecto en la Rioja Baja, aquí junto a mi admirado y querido amigo Javier Colio. Este es un proyecto que está creciendo a un ritmo muy alto a pesar de la situación actual pero aún así seguimos de alquiler y sin viñedo propio. Por ahora…

¿Podrías definirte personal y profesionalmente?

Prefiero que lo hagan por mi y que hablen mis vinos. 

¿Qué es lo que te enamora de hacer vino?

La cura de humildad de cada año. Un nuevo reto cada vendimia. Siempre les explico a mis hijos que no podemos considerarnos expertos en algo que haremos no más de 40 a 50 veces en toda nuestra vida como son las vendimias y la elaboración de los vinos. Y más en mi caso que soy primera generación y no tengo la memoria de la piel que si tienen otros por tradición familiar. En mi caso la intuición tiene un peso enorme en todo lo que hago.

¿Cómo decidiste empezar tu proyecto y qué te llevó a creer en la región en la que decidiste trabajar?

Siempre quise hacer mis propios vinos pero he de reconocer que siempre me pareció imposible. Las grandes bodegas me parecían algo extraterrestre y lejano cuando era joven. Luego empezó la revolución de los vinos de garaje, los primeros Priorat, el alquiler de parte de la capacidad productiva de bodegas ya existentes y vi una luz a la que seguir… arrancar en La Aguilera y la Ribera del Duero hace casi 15 años ya era lógico porque el 90 por ciento de mi experiencia laboral había sido allí y con la seguridad que da la juventud yo creía saberlo todo de la zona…

¿Tienes un sueño profesional a futuro o presente?

Casa Aurora es la guinda del pastel. Crecer y crecer. Mostrarle al mundo los vinos de esa pequeña villa de montaña en el Bierzo Alto. Otro sueño más lejano es convertir Casa Aurora en algo más que bodega, más cerca de granja incluso,  con conservas de pimientos de cultivo propio asados con leña de nuestras viñas y castaños, castañas de árboles centenarios de nuestro pueblo, huevos de gallinas felices, miel de nuestros viñedos…

Su hijo Milú, en la puerta de la bodega, sentado encima de la prensa.

¿Cual es la temporada del año que prefieras más?

 Cada mes tiene algo especial. La vendimia me gusta. Esa sensación en la que me siento como un tren a punto de descarrilar durante algo más de un mes me gusta mucho. Hay otro momento precioso en el año que es cuando los vinos están listos en las barricas y tienes que tomar la decisión de embotellarlos. En ese momento es bonito dejar volar la imaginación y soñar hasta donde llegarán tus vinos de esa añada.

¿Con cual otro viticultor te gustaría elaborar juntos un próximo vino?

Empiezo a tener una edad en la que casi tengo más esos sueños para mis hijos si es que quieren dedicarse a esto… pero si me llegas a preguntar esto hace 20 años te hubiera dicho que junto a Álvaro Palacios pero para aprender de él tienes que estar con las orejas muy tiesas.

¿Tienes algunas reglas propias a seguir para elaborar?

Tengo ciertas reglas no escritas. Altitud para los viñedos, me gusta mucho la arcilla con más o menos caliza en general, variedades autóctonas siempre, maduración lenta, vendimia temprana sin demasiado alcohol aunque haya que sacrificar cosas…

Utiliza muchas barricas abiertas para elaborar los pequeños majuelos de viñedos viejos.

¿Alguien te ayudó a llegar a quien eres hoy? Si tuvieras que nombrar una gran persona quién sería??

Javier Colio. Es mi amigo y mi socio en La Bicicleta Voladora. Cuando hice mi primera vendimia contratado, estaba muerto de miedo y el se cogió vacaciones y vino a ayudarme. Además de que sabe más que yo y de que es una gran persona es un tipo humilde y discreto. Un unicornio es este mundo de farándula que es últimamente el vino.

¿Cómo haces para que tus vinos lleguen a la sensibilidad de muchas personas?

 No se si lo consigo pero lo intento. Me gusta hacer vinos que den placer. De trago largo y amable pero que no pierdan identidad y nos hagan viajar al lugar donde han nacido. Me gusta pensar que hacemos vinos disfrutones que representan el lugar en el que han nacido.

¿Cuál es tu mirada del vino en tu zona?

 Trabajo en tres zonas diferentes. Veo mucha gente haciendo vinos buenos y trabajando bien las viñas. Mucha gente. Mucha más que cuando empecé y mucha más de la que habla la poca prensa del vino que queda y que además siempre van un paso por detrás de los mejores distribuidores e importadores. Eso es lo que yo veo con alegría.

Vendimia en El Valle del Rio, Bierzo.

¿Contanos tu mayor aventura como viñador?

Mi vida entera es una aventura. El simple hecho de llegar a elaborar mi propio vino ya era algo impensable en su momento. Yo vivía en una zona donde no había viñas y pertenecía a una familia humilde. La historia da para un libro. Créanme. El hecho de haber hecho y vendido en unos 16 países diferentes nuestros vinos, durante todos estos años y los que nos quedan, de haber llegado a tanta gente en tantos países es lo más bonito y emocionante de todo esto.

¿Qué fue lo último que aprendiste y quieres compartir?

 La helada devastadora de hace un par de años o mismamente esta terrible situación que estamos viviendo hace que piense en que hay que ser feliz con uno mismo y hacer feliz a los que se quiere cada día, eso debe de ser prioritario. 

¿Qué sientes cuando creas y bebes un vino?

No es lo mismo que ser padre pero si es algo bastante cercano. Son tuyos al final. Beberlo la mayoría de las veces no me da placer pues soy muy exigente y siempre les ves algo que no te gusta. Eso sí, hay días que los vinos brillan y eso es una sensación maravillosa.

Con su hijo Milú en Casa Aurora, Bierzo

¿Cuál es la dificultad más grande que te enfrentas hoy en día con tu trabajo?

La falta de personal en las viñas.

¿Qué opinas sobre la viticultura biodinámica y el vino natural? 

Me parece mucho mejor un mundo lleno de vinos biodinámicas y naturales que un mundo lleno de vinos anodinos e industriales. Dicho esto, la biodinámica es algo que yo asocio a la Fe. Y es que lo de creer es algo muy personal… Yo creo en los vinos buenos y creo que la única verdad está en el sacacorchos. Lo que sí te puedo decir es que no me gusta ese marketing actual asociado a según qué vinos en los que cualquier cosa (defecto o virtud) está por encima de la viña o la elaboración y en cambio sí ligado al acto de fe….

¿Al tener en cuenta cómo está afectando el Covid-19 a todos los rubros, cuales ajustes y cambios hiciste hasta ahora y como lo ves de acá a la cosecha?

 Sinceramente estamos en pleno tsunami. Por ahora yo soy positivo a pesar de que el mercado español a día de hoy está destruido temporalmente (espero) e internacionalmente va a un ritmo claramente inferior. Nosotros somos pequeños – no tenemos grandes inversiones – y si tenemos que vender nuestros vinos más lentamente podremos aguantar. Hay cosas positivas. Me va a tocar ser más viticultor y pisar menos moqueta. Nuestros vinos saldrán con más tiempo de botella también. El mercado hará limpieza también. No todo es negativo.

¿Cómo ves la tendencia de el vino de aquí a 10 años?

Creo que de verdad el Covid-19 por fin le ha dado el empujón definitivo a la venta de vino online, el consumo en los domicilios y sobretodo el aumento del consumo de vino de calidad comprado en tiendas especializadas. Desgraciadamente creo que la hostelería sufrirá y tendrá que adaptarse para volver a resurgir. 

Elegí uno de tus vinos y contanos con qué comida lo disfrutarías? 

 La Galapana, la viña de mi abuela en el Bierzo Alto con un pescado tipo Rodaballo a la brasa.

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